15 de abril de 2008

De vuelta

Visto que llevo casi un mes sin poner ningún post. Volveré. La verdad es que mi dejadez ante muchas cosas de la vida, me hace, en ocasiones, olvidarme de esto. Hace tiempo, comencé un blog inacabado, que abandoné... (korriveras.blogspot.com) ¿la razón? A parte de un periódico guasibilis, la desconozco. Probablemente, apatía. Pero, bueno, aunque no prometo nada, espero seguir dando un poco la tabarra con historias y demás mierdas que pasan por mi cabeza. La vuelta a este baúl camaleónico viene, en cierta medida, por que el comandante Lutxon, me echó unas de esas regañinas de padre a hijo, en esto de la blogosfera.

Después de este párrafo de arrepentimientos baratos de una y diez de la madrugada, comienza una nueva era (esto lo digo siempre aunque no valga para nada y se llama autoengaño) de estupideces, babayaes, relatos, y alguna cosa que otra curiosa (en los dos sentidos de la palabra). Triste como la noticia que ví ayer (esta historia está escrita hace una semana) en el periódico: Muere Juan Ramón Sánchez, "Chema el panadero" de "Barrio Sésamo". Según uno de esos diarios que te explota, el bueno de Chema murió de un cáncer de pulmón. El actor no pudo superar las sesiones de quimioterapia, a las que sometía desde hacía dos semanas. Desde el pasado jueves, la programación infantil está de luto. No pienso hacer chistes fáciles sobre la afición de Chema a la cocaína o que si en Barrio Sésamo, ni Dios pagaba. No, no pienso hacer eso. Chema el panadero era uno de esos actores que esperabas ver en la televisión cuando llegabas del colegio. Un bocadillo de loquehubiera (producto típico en todas las casas ochenteras) y unos cuantos minutos de televisión te hacían más llevadera la tarde.



Por aquellos tiempos, unos minutos delante de la televisión eran momento de las dos Ds: distracción y diversión. La televisión, en la actualidad, es un nido de líos, jaleos, un muestreo sucio y mezquino de mercadeo de opiniones vacías... cuando es un soporte interesante como para aprovecharlo de otra manera. Bueno, volviendo al bocadillo de loquehubiera que, por cierto, siempre estaba bueno. Recuerdo cuando en la televisión se podían ver "Los autos locos" (carreras de coches guasibilis), Coco (un bicho azul, un poco torpe pero, azul), Juan Olvido (NO olvido) y muñecos de trapo varios que te hacían ser un neno y no un "cabestro" de 8 años que sabe más de Julián Muñoz que de jugar con los "clics".




Chema fue uno de esos personajes que durante cuatro años ayudó al programa Barrio Sésamo a ser un fenómeno de masas. Entre barras de pan, bollos, cuatro palabras y bailes guasibilinos pasaba su vida en una panaderia de un barrio singular. Allí habitaban: un erizo enorme (la mujer que encarnaba la figura de Espinete es la viuda de Juan Ramón Suárez, Chema, pa los amigos), niños, un kioskero llamado Julián, y una macrolechuza con sombrero y peto, entre otros individuos. Chema fue una de esas personas que se recuerdan para siempre y no precisamente por ser alguien llamativo o carismático sino porque formaba parte de un colectivo (Barrio Sésamo) que conquistó los ojos de miles de espectadores.



Gracies, Eskerrik asko, Graciès, Graciñas, GRACIAS CHEMA

Sem comentários: